domingo, 23 de octubre de 2011

Diversidad Cultural

La diversidad de culturas se refiere al grado de variacion cultural, tanto a nivel mundial como en algunas areas, en la que existe interaccion de diferentes culturas coexistentes.

La principal consecuencia de la Conquista de México consumada por los españoles en 1521 fue el mestizaje. Esta mezcla se dio en muy diversos aspectos: desde el más evidente del mestizaje racial, hasta muchas variantes del que podríamos llamar mestizaje cultural, de manera particular el que se refiere a las cocinas. En esta materia alimenticia no hubo conquista sino unión, matrimonio, suma y multiplicación.
Nuestro país es uno de los principales del planeta por lo que se refiere a su diversidad cultural indígena. Cuando una cultura se empieza a perder o diluir, lo primero que comienza a desaparecer es la lengua propia; por ello, la permanencia del idioma autóctono es el mejor indicador de la sobrevivencia cultural de un pueblo, con sus rasgos originales. Pues bien: a dos años del cambio del milenio, la India es el principal país del mundo por cuanto al número de sus idiomas indígenas vivos, con la cifra de 72 (sin considerar las variantes dielectales). México está en segundo lugar en el orbe con 62 idiomas, en pleno 1998. Para sopesar la importancia de esa posición nuestra, conviene anotar que China tiene el tercer lugar con 48 lenguas y la que fue la Unión Soviética tenía el cuarto lugar con 35. Todas estas cifras no son meras disertaciones lingüísticas; reflejan algo más trascendente, como es la supervivencia pasmosa de cultura ancestrales; en el caso mexicano, la mayoría de las culturas indígenas son de muchos siglos de antigüedad, algunas hasta de milenios.

Lo anterior quiere decir que México es una potencia mundial en materia de culturas populares y una de las manifestaciones más importantes de la cultura es la cocina de los pueblos.

Nuestra diversidad cultural, pluriétnica, no podría ser un fenómeno repentino: es el desenlace actual de nuestra historia antigua. Aunque no es posible precisar alguna cifra de manera corroborada, se puede afirmar que en aquellos años de la conquista de Tenochtitlan , de seguro había en México más de cien grupos étnicos diferenciados; naciones indias, les llamban entonces. Cada etnia tenía sus propias costumbres gastronómicas, si bien con algunos patrones o troncos comunes que eran —y siguen siendo— el maíz , frijol y el chile.

El mestizaje gastronómico se inicia en 1521 con la caída de la ciudad de México a manos de los españoles y va desarrollándose después a lo largo de tres siglos, a la par que avanzan las fuerzas militares y religiosas de los conquistadores hacia el sur, el occidente y el norte de esta metrópoli. Hay que recordar que, ya entrado el siglo XVIII, apenas se lograba la conquista, allá por lo rumbos de Sonora y las Californias.


jueves, 8 de septiembre de 2011

Aztecas

Calendario azteca








El origen de esta civilización es un misterio para la investigación, ya que está oculto en narraciones míticas y semi legendarias difíciles de comprobar.
Una de ellas consiste en que los Aztecas vinieron de Aztlan (lugar de cañas) ubicado al noroeste de México, lugar de donde debieron salir otros grupos seminómadas que ocuparon también la cuenca de México. De aquí los mexica, uno de los grupos principales del tronco azteca, salieron liderados por su dios Huitzpochtli. Cuando llegaron al valle de México iniciaron una etapa de guerras por conseguir sus propias tierras, de esta forma pudieron quedarse un largo período en Chapultepec. Después se emparentaron con la gente de Culhuacan mediante matrimonios, pero después de un tiempo tuvieron que iniciar un nuevo camino hasta que encontraron un águila subida en un nopal (cactus) sobre una roca en una zona pantanosa devorando una serpiente. Esto era lo que debía suceder según exigía el mito desde su salida de Aztlan, se asentaron entonces en un pequeño islote del lago Texcoco en 1325.

Los elementos de la religión azteca (ritos, sacrificios, fiestas, organizaciones sacerdotales y cultos) tienen orígenes muy diversos que son una herencia en común con muchos de los pueblos del México Antiguo. Tiene sus orígenes por ejemplo en las creencias de los olmecas, mayas, culturas que habían florecido en las costas del Golfo de México, de los pueblos de Oaxaca y de otras regiones. Veneraban a una gran variedad de dioses, por ejemplo: - Huitzilopochtli era el dios de la guerra, el más importante para los Aztecas.
- Coyolxahuqui, diosa de la luna, que según la mitología azteca era asesinada por su hermano el dios del sol.
- Tláloc, dios de la lluvia.
- Quetzalcóatl o serpiente emplumada, dios inventor de la escritura y el calendario, asociado con el planeta Venus y la resurrección.
- Huehueteoti o dios viejo, dios de fuego.
- Tlazolteotl o devoradora de inmundicias, diosa que encendía el amor lujurioso.
- Xippe Totec, dios fecundador, se le llamaba “Nuestro Señor desollado”.
- Chalchiuhtlicue, llamada “la de fadellin de jade”.
- Xochipilli o príncipe de las flores.


Los Aztecas creían en que las fuerzas del bien estaban en una constante y eterna batalla contra las fuerzas del mal y así se iban agotando por lo que necesitaban revitalizarse por medio de sangre humana. Al principio se les ofrecía flores y frutos como ofrenda, pero luego estas fueron reemplazadas por los sacrificios humanos. Esta tradición la heredaron de los Toltecas. Creían que los dioses comían corazones y bebían sangre humana y sacrificando a personas, que generalmente eran esclavos o prisioneros de guerra, se aseguraban que las deidades solares continuaran apareciendo cada día y de esta forma continuaría la permanencia de la vida humana, animal y vegetal sobre la Tierra.. La muerte por sacrificio era considerada un honor, al igual que morir en batalla y pariendo (para las mujeres). Cuando había desastres los Aztecas sacrificaban a mas personas para contentar a los dioses y así éstos les daban apoyo. Surgieron las llamadas “guerras floridas” con el único propósito de tomar la mayor cantidad de prisioneros posible para los sacrificios


 
La sociedad azteca estaba dividida en tres clases básicas: nobles, plebeyos y esclavos. La nobleza estaba compuesta por los miembros de la familia real, los nobles de nacimiento (hijos de nobles), los sacerdotes, los jefes de los calpullis, los jefes militares y los que se habían ganado el derecho a serlo. Era el grupo que poseía los mayores privilegios. Los plebeyos (campesinos y artesanos), estaban subdivididos en dos clases, macehualtin eran los de mejor condición social a quienes se les otorgaba la propiedad vitalicia de un terreno en el que construían su casa y tlalmaitl, de mas bajo nivel, a quienes no se les permitía tener propiedades y debían ser campesinos en tierras arrendadas. El estado de esclavo era similar al de un empleado contratado. Llegaban a este estado por distintas razones: por necesidad de pagar deudas personales (podían llegar a venderse o incluso a los propios hijos por períodos determinados), por su condición de prisionero de guerra, etc. Los esclavos podían comprar su libertad e incluso si lograban escapar de sus amos y llegar hasta el palacio real sin que los atraparan, obtenían inmediatamente la libertad legalmente. Eran usados como fuerza de trabajo y para los sacrificios religiosos, y no gozaban de privilegio alguno.

'Aztecas'

Cultura maya

Piramide maya

La civilización maya habitó una vasta región denominada  Mesoamérica, en el territorio hoy comprendido por cinco estados del sureste de México que son, Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán; y en América Central, en los territorios actuales de Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador, con una historia de aproximadamente 3.000 años. 
Los mayas hicieron grandes e impresionantes construcciones desde el Preclásico medio y grandes ciudades como Nakbé, El Mirador, San Bartolo, Cival, localizadas en la Cuenca del Mirador, en el norte del Petén, y durante el Clásico, las conocidas ciudades de Tikal, Quiriguá, (ambas las primeras en ser declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1979 y 1981 respectivamente) Palenque, Copán, Río Azul, Calakmul, Comalcalco (construida de ladrillo cocido), así como Ceibal, Cancuén, Machaquilá, Dos Pilas, Uaxactún, Altún Ha, Piedras Negras y muchos otros sitios en el área. Se puede clasificar como un imperio, pero no se sabe si al momento de colonizar impusieron su cultura o si fue un fruto de su organización en ciudades-estado independientes cuya base eran la agricultura y el comercio. Los monumentos más notables son las pirámides que construyeron en sus centros religiosos, junto a los palacios de sus gobernantes y los palacios, lugares de gobierno y residencia de los nobles, siendo el mayor encontrado hasta ahora el de Cancuén, en el sur del Petén, muchas de cuyas estructuras estaban decoradas con pinturas murales y adornos de estuco. Otros restos arqueológicos importantes incluyen las losas de piedra tallada usualmente llamadas estelas(los mayas las llamaban Tetún, o “tres piedras”), que describen a los gobernantes junto a textos logo gráficos que describen sus genealogías, victorias militares, y otros logros. La cerámica maya está catalogada como de las más variadas, finas y elaboradas del mundo antiguo.
Existían casas unifamiliares donde vivían los padres y los hijos quienes adoptaban a miembros viejos o jóvenes de la familia o fuera de ella (ejemplo: Tulum). También había edificios multifamiliares habitados por personas de lazos sanguíneos comunes de elevada posición social (ejemplo: los complejos residenciales de Kohunlich). Los materiales de las casas varían de muros y techos de madera y palma a materiales resistentes como piedra y estuco. También la vivienda podía estar formada por tres estructuras principales separadas, (dormitorios, la cocina, la bodega) y podían construir otras estructuras separadas (talleres, baños saunas) (Ejemplo: Joya de Cerén).
Dormían sobre unas plataformas bajas adosadas a los muros donde colocaban colchones rellenos de algodón (las hamacas fueron una adaptación de las redes de pesca, invento de los indígenas caribes de Haití llegado a Yucatán con el arribo de los españoles). También se dormía sobre tapetes en el suelo.
Este tipo de habitaciones tenían poca ventilación y luz porque carecían de ventanas. Las habitaciones fueron usadas para dormir y guardar pertenencias; sus ocupantes trabajaban en las afueras y poseían huertos para consumo familiar.
Es necesario considerar y advertir que la gente común vivía en las denominadas palapas alrededor de las ciudades, los materiales que usaban eran renovables como la palma chit, el guano (para los techos); la madera, los bajareques, el estuco (para las paredes). En el centro de la ciudad habitaban los sacerdotes y la nobleza en los castillos, pirámides y templos ceremoniales.
Gran parte de la población estaba dedicada a las jornadas agrícolas, por ello usaron ropa adecuada a las condiciones necesarias, además la indumentaria dependía del nivel social. La mayoría de la gente vestía sencillamente: las mujeres con el huipil o hipil o una falda y su manto; y los hombres con una especie de calzón llamado patí. Sin embargo, la nobleza utilizaba ricos y complicados atuendos bordados con plumas y gemas, calzaba sandalias de cuero y lucía grandes tocados de plumas, además de collares, pectorales y pesados cinturones con incrustaciones de nácar y piedras grabadas. Otras prendas comunes entre los nobles fueron las faldas, capas cortas o largas, chaquetas (generalmente de piel de jaguar o algodón), adornos de conchas, caracoles y diseños geométricos. Aparte del tocado, algunos nobles y sacerdotes llevaban enormes orejeras, narigueras, brazaletes y anillos de jade, cuarzo y oro, y se perforaba la barbilla, bajo el labio inferior, para incrustarse un besote.
Entre los accesorios había sombreros, turbantes, penachos, diademas y gorros cónicos. Por lo general el jade es muy utilizado hasta el 900 a. C. (aunque no desaparece) y posteriormente llega la joyería de oro.
Podemos imaginar, por las pinturas de Bonampak, la riqueza y suntuosidad que irradiaban estos atavíos en las ceremonias y también en las batallas, en donde los guerreros añadían al vestuario sus armas, escudos y cotas o chalecos protectores también profusa y bellamente adornados. Las pirámides son sus templos y los fieles asistían a las ceremonias al aire libre, abajo y al frente, de la pirámide-templo. Solicitaban de sus dioses los dones de la vida, la salud y el sustento, a cambio de los cuales realizaban una serie de ofrendas y de ceremonias purificadoras inmersas en un complejo ritual. Practicaban los flechamientos y arrojaban a los niños, doncellas y piezas de oro al Cenote Sagrado deChichén Itzá, como ofrenda al dios Chaac. El autosacrificio tenía muchas variantes, como por ejemplo cuando ellos se sacaban sangre de diversas partes del cuerpo con punzones de hueso o espinas de maguey y ofreciéndolas en tiras de papel.
Con frecuencia los templos religiosos más importantes se encontraban en la cima de las pirámides mayas, supuestamente por ser el lugar más cercano a los cielos. Mientras que descubrimientos recientes apuntan al uso extensivo de pirámides como tumbas, los templos en sí parecen raramente haber contenido entierros. La carencia de una cámara de entierros, sin embargo, permitía a los mayas sagrados el acceso, a lo sumo, a tres cuartos pequeños para ser usados para varios propósitos rituales. Situados en la cima de las pirámides, a más de 60 metros de altura, como en El Mirador, los templos eran impresionantes estructuras decoradas. Comúnmente tenían una cresta en el techo, o un gran muro superficial, estos templos pudieron haber servido como hitos propagandísticos. Como eran ocasionalmente las únicas estructuras que excedían la altura de la selva, las crestas sobre los templos eran a menudo esculpidas con representaciones de los gobernantes que podían ser vistos desde grandes distancias. Debajo de los orgullosos templos estaban las pirámides que eran, en última instancia, una serie de plataformas surcadas por empinados escalones que permitirían el acceso al templo.